FIESTAS PATRONALES: LA CORONACIÓN

Fiestas Patronales

Las fiestas patronales en honor de la Virgen de la Encarnación vienen celebrándose en La Raya de Santiago desde 1798, año en que la venerada imagen llegó a nuestro pueblo procedente del taller del escultor Roque López y a partir de ese mismo año se empezó a celebrar su fiesta.

Todo parece indicar que los primeros años se celebró el 25 de Marzo, haciéndola coincidir con la festividad de La Encarnación, sin embargo el comienzo de la primavera suele tener en Murcia una climatología bastante adversa, con alto riesgo de lluvia y tormentas, sin olvidar que los huertanos de entonces, dependientes exclusivamente de las labores agrícolas, se encontraban en plena faena y con las cosechas sin recolectar, por lo que los recursos económicos eran bastante escasos y apenas podían colaborar económicamente.



Es lógico pensar que el traslado de la fiesta patronal al 15 de Agosto, festividad de la Asunción, estuviera motivado por estas dos razones: el clima inestable y la propia economía popular, tan necesaria para sufragar los gastos de unos festejos que durarían unos 10 días, entre novenario, Misas solemnes y otros actos cívico-religiosos, como acontece hoy, con algunos actos añadidos, como la Procesión de San Roque, en la segunda mitad del siglo XX.

La celebración de los festejos cívicos ha ido evolucionando a través de los años y se ha venido adaptando poco a poco, de manera progresiva, a los nuevos usos y costumbres sociales. Antiguamente primaban los festejos llamados populares: carrera de ollas, juegos infantiles, concurso de coplas, eventos deportivos, representaciones teatrales, concursos de natación en nuestra acequia, cucañas, desfile de carrozas, lanzamiento de globos, comedias, carrera de sacos y suelta de vaquillas.


Actualmente se han ido incorporando otros actos más modernos como los espectáculos musicales con profusión de efectos luminosos y sonoros, desfile de grupos folclóricos, automóviles “tunning”, Carrera de Motos, etc. aunque se siguen manteniendo con plena vigencia aquellos que heredamos de la tradición de nuestros antepasados. .


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La Coronación de Ntra. Sra. de la Encarnación

Las Fiestas Patronales de Ntra. Sra. de la Encarnación se suelen celebrar en agosto siendo su más importante acto la Coronación de Ntra. Sra. de la Encarnación, que tiene lugar la noche del 15 de agosto. Parece históricamente demostrado que a partir de la proclamación por el Vaticano del dogma de la Virginidad de María, en el último tercio del XIX, se comenzó a coronar simbólicamente a las Patronas de muchos pueblos, entre ellos el nuestro. Los primeros actos de coronación eran mucho más sencillos que el actual: una niña vestida de ángel era encaramada al trono de la Patrona y coronaba sus sienes entre un clamor popular de vítores y aplausos.

El origen del acto en su forma actual es de principios de los años cuarenta. Un vecino del pueblo, José López conocido como “Pepe Ros”, presenció el Misteri de Elche y pensó la forma de adaptarlo a las fiestas de nuestro pueblo, ideando un Templete desde el que descendería el ángel portando la corona de la Patrona. También se hicieron algunos intentos innovadores, entre ellos el de un ángel artificial, un muñeco vestido de ángel, que descendería por medio de unos cables y poleas, desde la torre del campanario, hasta el centro de la Plaza donde estaría la Patrona esperando ser coronada. Pero aquel sistema fracasó aquel año y se desechó la idea, estableciendo ya, de manera formal, el Templete, con una cúpula de media naranja que descansaba sobre ocho columnas de madera, entre las que se solían colocar unos balconcillos, con cuatro ángeles que lanzaban pétalos de rosas y confetis en el momento de la coronación. Se abría la trampilla de la bóveda celeste (que asemejaba la cúpula) y por ella descendía la niña vestida de ángel, entre una fina lluvia de pétalos, para coronar a la venerada imagen.


Posteriormente, en los años 70 se sustituyó el viejo templete de madera, por otro nuevo de construcción metálica que tiene una caída aproximada de 10 metros, por el que desciende la niña-ángel elegida cada año para realizar un acto de coronación que es el más importante de todos y que justifica y da sentido a todo el programa de fiestas. El acto solemne comienza con algunos efectos de luz y sonido que asemejan una tormenta y unas voces infantiles que representan el momento de la Anunciación, recitan las palabras bíblicas del Arcángel Gabriel anunciando a Maria su Concepción, con el Ave María de Schubert como fondo musical. Instantes después comienza el descenso del ángel: los pies de la niña rasgan el fino papel que cubre la trampilla de salida y desciende lentamente girando suavemente en derredor suyo, bajo una lluvia de pétalos de flores. Una salva de fuegos de artificio enciende las sombras de la noche mientras el enorme gentío congregado en la plaza rompe con emocionados vivas y aplausos. Una vez posada la niña-ángel en el trono de la Patrona, corona sus divinas sienes, la besa y la abraza, y momentos después entra triunfalmente en la iglesia bajo los sones del Alleluia de Häendel.

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